Primero de nada, creo conveniente avisar a todos aquellos que aún no hayáis visto 'Iron Man', que la película termina después de los títulos de crédito finales, en una escena crucial para entender por donde puede continuar la saga, e ir preparando cosas muy importantes (y de sobra conocidas por los lectores del cómic) para el futuro. Además, no os perderéis el cameo de un actor muy famoso dando vida a un personaje también muy conocido. Muchos espectadores no han visto el mencionado final, porque en cuanto empiezan a poner letreritos, huyen incomprensiblemente de la sala como alma que lleva el diablo. Desde que en 1985, Barry Levinson decidió incluir un final después de los títulos de crédito en la estupenda 'El Secreto de la Pirámide', es muy fácil encontrar películas que hacen lo mismo. En cualquier caso, por muy malo que sea un film, el séptimo arte no se merece esa falta de respeto.
Y ahora vamos con la película sobre Tony Stark, la verdadera estrella de la función, y no la lata esa, que no es más que su alter ego domesticado. Stark interesa mucho más en esta película, y todo gracias a un Robert Downey Jr. en estado de gracia, quien roba absolutamente todos los planos en la película, incluidos los extraordinarios efectos visuales.
SPOILERS
'Iron Man' cuenta una historia que ya todos os sabéis de memoria, ¿a qué sí?: Tony Stark es un millonario empresario dedicado a fabricar armas con las que el poderoso ejército de los Estados Unidos hace de las suyas. Después de una de sus demostraciones en Afganistán, Stark es secuestrado por unos rebeldes, que teniéndolo en cautiverio, le obligan a fabricar un arma todopoderosa para ellos. Stark aprovechará para construir una armadura con la que escapar de allí. Cuando vuelve a América, algo en su interior ha cambiado. Iron Man está a punto de nacer.
'Iron Man' parecía destinada a formar parte de ese grupo de películas, basadas en personajes de cómic, que tratan al espectador como si éste fuera idiota, al estilo de las bochornosas 'Ghost Rider' o 'Los 4 Fantásticos', films impersonales hasta decir basta, y con un venenoso aire infantiloide, que ni siquiera ofrecían espectáculo decente. Pero no, Jon Favreau, lo más temido del film, ha sabido hacer las cosas con un mínimo de dignidad, y aunque a la película le falte un toque personal, algo de garra, Favreau logra apartarse de los films mencionados, al menos en forma, y con un guión plano, pero bien escrito y una puesta en escena cuidada, nos ofrece un film altamente disfrutable, con el que pasar dos horas muy entretenidas. Podemos decir que se trata de una presentación de un superhéroe, y que en entregas venideras (la segunda ya está confirmada para Abril del 2010) veremos más en acción al Hombre de Hierro, ya que aquí son apenas un par de secuencias.
Pero es que 'Iron Man' versa más sobre la figura de Tony Stark, ese rebelde mujeriego, borracho y maleducado (cosas que se puede permitir porque es millonario, que si no, seguro que otro gallo cantaría), al que da vida un perfecto Robert Downey Jr. que tal vez por parecidos con su vida real, ha sabido como perfilar un personaje a todas luces extraordinario. No vamos a hablar de profundidad psicológica al estilo de 'Batman Begins', film con el que la película de Favreau podría guardar algún parecido, porque precisamente Favreau no tiene la mano de Nolan, y el guión no se para demasiado en analizar esa faceta, que bien podría haber dado para un film más oscuro. Pero es precisamente el actor, quien se encarga de transmitirnos todo lo que su personaje puede ofrecer, que no es poco. Stark no es un buen tipo, al menos en principio, y aunque su experiencia en una cueva en la que está a punto de morir, le hace ver las cosas de otro tipo, su arrogancia le lleva a vestirse con una armadura para tratar de combatir contra lo que él mismo construye (curiosa ironía), y es precisamente su chulería la que le hace cerrar la película (antes de los títulos) con uno de los mejores finales jamás vistos en una película de estas características. Tony Stark, ya sea por la pasta que tiene, o porque hace y dice lo que le viene en gana (Iron Man ya está para ser responsable), cae muy bien a la platea, y es a él a quien queremos ver en pantalla.
'Iron Man' no es, ni mucho menos el pestiño que me esperaba, y tampoco es esa maravilla que algunos parecen proclamar a los cuatro vientos. Pero yo he salido muy contento del cine, porque 'Iron Man' ofrece las dosis de cine espectáculo justas y necesarias en un film que sabe muy bien donde están sus limitaciones, y consciente de ello, entretiene como pocas. Un film correcto, con un ajustado sentido del humor (impagable el momento en el que una chica le pregunta a Stark si se acuerda de ella), con unos efectos especiales que sin duda estarán nominados a los Oscars (cada vez que se pone la armadura es sencillamente impresionante), con un guión que tal vez no esté a la altura de las circunstancias, y a veces los diálogos son un poco tontos, pero que augura una saga con un futuro muy prometedor.
En Blogdecine:
Ver 18 comentarios