En cuanto al cine de ciencia-ficción, la década de los 90 ha sido una etapa especialmente recordada por su gran propuesta de buenos títulos, que sin duda han convertido al género en algo más comercial y accesible a todo el mundo. El enorme éxito de taquilla de 'Desafío Total', como mencionamos, no es casualidad, sino la condición de pionera de una serie de películas que casi todo cinéfilo ha visto con interés.
Terminamos hablando de 'Screamers', película de serie-B con reconocida influencia de Philip K. Dick, de su relato 'La Segunda Variedad'. Vamos ahora con un título también del año 1995 del año 1997, pero con una influencia más tangencial y por supuesto no reconocida. Es 'The Game', del grandísimo director David Fincher. Veamos. El multimillonario Nicholas Van Orton (Michael Douglas), lo tiene todo en la vida pero posee una personalidad inestable e irascible. Cuando se ve con su hermano (Sean Penn), éste le regala a Nicholas una tarjeta como regalo de cumpleaños. Dicha tarjeta le invita a participar en un juego.
Dicho juego (que da título a la película), es un asombroso cruce entre lo real y lo onírico, un camino progresivo hacia la pesadilla y la paranoia. Todo ello con una especie de moralina tan típica de Philip K. Dick, que todo seguidor suyo puede sentirse entusiasmado. El final, que me veo incapaz de desvelar, es lo que más hace dar cuenta de que la influencia de Dick puede estar presente en el guión de John D. Brancato y Michael Ferris. Pensar en 'The Game' es pensar en 'Laberinto de Muerte', o incluso, de forma tangencial, 'Ubik', novelas de Dick tan usadas en el cine como infravaloradas en muchos aspectos.
Pasemos a una película injustamente olvidada de la especialista Kathryn Bigelow. Es 'Días Extraños', con guión de James Cameron (curiosamente) y el periodista Jay Cocks. 'Días Extraños' es una distopía (como tantas otras) en la que los avances tecnológicos propician la falta de libertad del ser humano. Aunque en ciertos momentos de la película, se puede calificar más de historia policíaca que de relato de ciencia-ficción, la cinta, protagonizada por Ralph Fiennes, es fácilmente reconocible en su condición de obra influenciada por Philip K. Dick. Owen Gleiberman, crítico de Entertainment Weekly, afirma con acierto que 'Días Extraños' parece una historia de Dick dirigida por Brian de Palma. Hay una cita famosa en la película que descubre sobradamente el carácter dickiano de la misma: "Lo importante no es estar paranoico, sino si se está lo bastante paranoico". Personalmente le veo trazos de 'Fluyan mis Lágrimas, dijo el Policía', aunque probablemente su influencia sea menos concreta.
Es ahora el turno de una curiosa película llamada 'Cube', que se enmarca dentro de esa honrosa clasificación denominada "de culto". Esta película en particular, y el cine de su director Vincenzo Natali en general, es una de las más claras representaciones de las ideas de Philip K. Dick en el séptimo arte. Y es que 'Cube' es ni más ni menos una adaptación de la novela 'Laberinto de Muerte', que ya hemos citado y que seguiremos citando. En 'Laberinto de Muerte', un grupo de doce o catorce personas (no recuerdo bien), llegan a un planeta llamado Delmak-O. No saben por qué están allí ni cuál es su misión dentro del planeta. Por los peligros inherentes de Delmak-O, van muriendo uno a uno al puro estilo 'Diez Negritos', de Ágatha Christie. Bien. Cambiemos el planeta Delmak-O por el cubo y ahí tenemos la película. Podría pensarse que es hiperbólico creer que es una adaptación sólo por lo que hemos comentando, pero es un hecho que leer la novela, y luego ver la película es un ejercicio terrible de analogías evidentes. Sólo el final de 'Cube' se libera un poco de la omnipresente atmósfera de Dick. No obstante, seguiremos hablando de Natali.
Por último, y sin que acabemos con el cine influenciado por Philip K. Dick en los 90 (ni mucho menos), terminemos con 'Gattaca', esa maravillosa película escrita y dirigida por Andrew Niccol. Niccol es ferviente seguidor de la obra de Dick. Otra cosa es que lo reconozca en los créditos. Absolutamente todo lo que ha escrito y/o dirigido tiene un marcado toque dickiano. Por ahora, nos toca hablar de 'Gattaca', así que nombremos el asunto de los "válidos" o "no-válidos" presente en la película. Dick ya habló de este darwinismo social en '¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?' o 'Fluyan mis Lágrimas, dijo el Policía'. 'Gattaca' habla de una sociedad en la que la genética es una ingeniería suprema que fortalece la prosperidad de la humanidad. De esta forma, podemos hablar de la ópera prima de Niccol como un acercamiento a la filosofía de 'Un Mundo Feliz' de Aldous Huxley, con una mezcla que hace pensar en Dick y también en William Gibson, proponiendo una difusa distopía gélida y minimalista, con gran banda sonora de Michael Nyman.
Podríamos dejarlo aquí y decir que Dick ha servido de inspiración a unas cuantas películas más, pero afortunadamente todavía nos queda mucho cine de Philip K. Dick por recorrer, y hablar de ello seguirá siendo un placer.
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