No entiendo a estos virus extraterrestres tan vagos. Se supone, digo yo, que, como seres dominantes de este planeta, si nos pretenden invadir, habrá un plan y una forma de hacerlo. Y, claro, un fin. Invadir por invadir no tiene sentido, a menos que... bueno, vale, dejemos la política norteamericana para Redford. Hay mucho que chirría en la trama y el desarrollo de 'Invasión', pero algo que me llamó mucho la atención es que los personajes "malos" seguían haciendo su vida normal (a pesar de no ser las mismas personas) y sólo actuaban de forma violenta cuando veían a uno que no estaba infectado; acto seguido, corren hacia él (si no podían sentir ninguna emoción, ¿cómo se cabrean tanto en esas escenas?) y le vomitan un poco en la cara, gesto desagradable para la galería. Y a esperar que duerma. Podría ser peor. Podrían encerrarte por motivos de raza, sexo, creencias, etc, humillarte y dejarte entre rejas durante el resto de tu vida. Menos mal que los atacantes venían de otro planeta.
Como sabéis, 'Invasión' ('The Invasion', 2007) se estrenó el pasado 26 de octubre en España, recogiendo la misma indiferencia del público que ya había obtenido al otro lado del "charco", de un modo similar al comportamiento que tienen los "poseídos" en el film. Ni la presencia de dos famosas estrellas como Nicole Kidman y Daniel Craig ni el haberse basado en una historia jugosísima fueron armas suficientes como para atraer a la gente a la sala de cine. ¿Será que ya conocían los problemas que hubo durante el rodaje? ¿Será que Kidman ya no tiene el mismo gancho que antes? ¿O será, simplemente, que no han sabido vender el producto? En cualquier caso, la película es muy floja, no aprovecha el material que tiene entre manos, y lo único que aporta es un entretenimiento barato que se olvida nada más salir de la sala. Una lástima.
'Invasion' empezó siendo dirigida por Oliver Hirschbiegel y acabó siendo "refilmada" por James McTeigue, el ayudante de los Wachowski, aunque no aparezca acreditado (como tantos otros en el pasado). Los implantes se notan muchísimo, pasando de un tratamiento tosco, serio, realista, a uno acelerado y espectacular, dando al espectador la sensación de estar ante un despropósito que en realidad podía haberse evitado fácilmente. Pero no hay que ser un albañil de mediana edad demasiado preocupado por mantener su escultural barriga cervecera; puedes ser un productor de Hollywood y cometer también una desfachatez en tu trabajo. 'Invasión' está mal planteada y su solución sólo empeoró el producto. Si hacía falta más acción, que hubieran contratado a otro director y no al realizador alemán que había realizado 'El Experimento' y 'El Hundimiento'. Para eso, mejor haber puesto a McTeigue desde el principio, aunque 'V de Vendetta' sea una versión comercial, facilona y domesticada de un cómic aplastante.
El reparto del film lo encabezan los rubios de ojos azules Nicole Kidman y Daniel Craig, a quienes acompañan en roles secundarios Jeremy Northam y Jeffrey Wright, entre otros. Kidman, para variar, está estupenda, como excelente actriz que es, pero, también para variar, aparece demasiado bella, demasiado "precioso jarrón de porcelana". No puede ser que se levante de la cama en mitad de la noche y esté tan radiante que cuando sale para asistir a una fiesta. De todas formas, como esto viene siendo ya normal, lo pasamos por alto. Su trabajo es más que correcto teniendo en cuenta la película y no hay que dudar mucho para decir que es de lo mejor de la función. Craig, por el contrario, no encuentra su sitio, está como ausente, no se implica en lo que ocurre. Su papel de médico es increíble y sólo aporta algo de su talento interpretativo cuando sorprende a Kidman (que no al espectador) hacia el final de la película. En cuanto a los secundarios mencionados, Northam y Wright aportan sobriedad y corrección en el poco tiempo que salen en pantalla, resultando también elecciones de casting un poco discutibles. Sus personajes no tienen entidad alguna y podían haber sido interpretados por actores menos conocidos y de menor nivel.
En definitiva, 'Invasión' se queda sólo en la superficie de una inquietante historia que, como se ha podido comprobar cuando Don Siegel o Philip Kaufman se pusieron tras las cámaras, da para mucho más. Falta tensión, intensidad, dramatismo, oscuridad y, no menos importante, cuestionarse si realmente la huida es la mejor opción. No nos van a convencer, sentados cómodamente en la butaca, protegidos al otro lado, pero al menos podían intentar que pensemos que, llegado el caso, quizá ser invadidos por seres amantes de paz no estaría tan mal. Una película fallida en toda regla.
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