En la excepcional revista de cine Dirigido Por, para un servidor la mejor a nivel nacional, y a la que la recientemente aparecida Cahiers du Cinema no le ha hecho ni la más mínima sombra, en el número de Julio y Agosto realizan un estudio sobre el cine de espías, y curiosamente citan este film, 'Llamada Para un Muerto', que un servidor vió en una de nuestras sesiones cinéfilas nocturnas, acompañado del antiguo (en todos los aspectos) Rubén, y nuestro recién adosado, Diego, un especialista en el mal llamado cine porno, y que se ha tenido que aguantar porque en el film de Sidney Lumet no hay ni un sólo desnudo. Bromas aparte disfrutamos de una de esas cintas de espías tan propias de los años 60, servida con mucho oficio por Lumet.
La historia de 'Llamada Para un Muerto' nos lleva a las investigaciones que un agente británico realiza tras el suicidio de un empleado del Gobierno sobre el que recaían sospechas de traición. Tras ese aparente suicido hay cosas mucho más peligrosas, y nuestro protagonista tratará de averiguar la verdad, mientras que por otro lado tendrá que lidiar con sus problemas matrimoniales.
Basada en una novela del archifamoso John le Carré, lo realmente interesante del film de Lumet no es su argumento, el cual podríamos tildar de previsible en algún que otro momento, sobre todo en lo que concierne a la identidad del traidor, y de cómo éste obtiene la información. Lo realmente interesante de este apreciable film es el estudio de sus personajes, fantásticamente interpretados por unos actores en estado de gracia, además de cierta mirada de tristeza sobre los mismos, con un toque de desencanto y amargura que le queda muy bien a la película. De todos modos el personaje principal es un hombre ya maduro entrado en años, y todo le queda estupendamente a la historia. Desconozco si en la obra de Carré existe ese tratamiento, pero desde luego en el film, Lumet acierta de lleno en ese punto, llevándolo a buen puerto.
Evidentemente si no tuviera a un plantel de actores totalmente entregados a la causa, la cosa hubiera sido muy distinta. James Mason está simplemente soberbio en el papel central, un hombre justo y correcto, que no se salta ni una de las reglas de su profesión, enormemente abatido por su crisis matrimonial, y que sin embargo se enfrenta a ello con toda la entereza de la que es capaz un perfecto caballero inglés. Le acompaña una perfecta Simone Signoret, también entrada en años, como la esposa del que se suicida y cuya presencia en la trama es vital, sobre todo por la doble moral que encierra su personaje. Maximilian Schell pone el contrapunto al personaje de Mason, como un antiguo colaborador, y también alumno suyo, estableciéndose entre ambos la relación más interesante de la película (dejando a un lado la de Mason y su joven esposa), y que propone ciertos apuntes realmente curiosos, como el hecho de que un antiguo colaborador de la Segunda Guerra Mundial, TREMENDO SPOILER, pueda convertirse en un enemigo en plena Guerra Fría. FIN SPOILER.
La dirección de Lumet es ejemplar, no sólo por lo antes citado, sino por su puesta en escena, acorde con lo que narra. El ritmo del film es el perfecto, no decayendo en ningún momento, y hay varios instantes de supense muy bien logrados, que incluso pueden recordar al cine de Hitchcock. Cabe citar al respecto, la extraordinaria secuencia del teatro, filmada de forma milimétrica, y en la que no hay ni una sola palabra más allá de lo que se oye en el escenario. Una escena larga y tensa, donde curiosamente vemos reflejadas las verdaderas intenciones de todos los personajes en sus silenciosas reacciones.
Una buena película, que además posee una excelente banda sonora de Quincy Jones muy acorde con la época, y una preciosa canción interpretada por Astrud Gilberto, y que viste a la película de una forma muy precisa. Es una pena que por aquellos años la gente estuviera más interesada en los films de James Bond y similares, quedando esta película en un segundo plano, siendo redescubierta en posteriores pases televisivos. Para un servidor se trata de la mejor película proveniente de material de John le Carré, a falta de ver únicamente 'El espía que Surgió del Frío', realizada un año antes, y que goza de un mayor prestigio. En un futuro, esperemos que no muy lejano, os hablaré de ella. Más películas de Sidney Lumet en Blogdecine:
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