Ayer tuve sesión intensa de cine con dos de mis colegas cinéfagos, dando por cumplido el trámite de ver dos de los estrenos más sonados de lo que llevamos de año. Uno porque va de robots gigantes y la ha realizado Michael Bay con la ayuda de Steven Spielberg (no sé si comentarla, lo estoy pensando); la otra porque es la secuela de la entretenidísima '28 Días Después' y la ha dirigido un español. Aunque esta última me interesaba (como dejé claro en su momento), debo confesar que frente a la cartelera tenía más ganas de ver más el blockbuster robótico (por lo espectacular de sus trailers) que la continuación de las aventuras de los británicos contra sus propios "zombies" (no lo son realmente, pero casi).
Sin embargo, la cinta dirigida por Juan Carlos Fresnadillo me dejó pegado al asiento durante casi todo el metraje y me provocó muchísimas más emociones que la de Bay. Normalmente, al estar acompañado de amigos con los que suelo ir al cine, hago (y me hacen) algunos comentarios durante la proyección. Con los "zombies" metiendo tensión en el cuerpo, apenas pude articular un par de frases; cuando había acción, porque no podría, y cuando no, porque necesitaba recuperar el aliento. No sé si fue lo primero que dije, pero sí lo primero que pensé. Hay momentos brutales en '28 Semanas Después'. Por supuesto, no todo es tan bueno, el guión tiene lagunas por todas partes para justificar mucho de lo que vemos en la pantalla, pero creo que es lo de menos. En todo caso, a mí no me impidió disfrutar de una buena ración de acción, emoción, tensión y algún que otro susto.
'28 Semanas Después' continúa con el planteamiento de '28 Días Después' (Danny Boyle); seis meses después de que un poderoso virus haya desolado Gran Bretaña, el ejército de los Estados Unidos declara que la guerra contra la infección ha acabado. La reconstrucción del país puede empezar. En la primera oleada de refugiados que regresan, una familia se reencuentra, pero uno de sus miembros, sin saberlo, es portador del virus. Que el caos vuelva a originarse es sólo cuestión de tiempo...
Fresnadillo imprime un ritmo brillante a la película, como creo que ya he dejado claro en el primer párrafo; maneja al espectador con maestría, controlando en todo momento sus reacciones. Hubo tres momentos donde pensé "este tío es muy bueno": el comienzo, la escena que desencadena la expansión del virus (para mí, lo mejor de todo, con ese trágico beso y lo que provoca) y el uso de la fuerza por los militares. Hubo otro en el que no pude dejar de mostrar mi enfado notoriamente, y que representa lo peor de la película. El guión tiene algunas "tonterías", que yo considero propias del género y totalmente perdonables, pero también más de un defecto demasiado importante como para pasarlo por alto. En concreto, me resultó muy molesto cierto momento en que el personaje que interpreta Robert Carlyle se dedica a explicar a otros lo que ha pasado... ¡¡sólo unos minutos antes!! Como espectadores lo hemos visto. Y va ahora el tipo y nos lo cuenta. Sí, ya sé que tiene su motivo, no soy idiota, pero, ¿no había mil y una maneras de hacerlo de otra forma, mucho más sutil y, sobre todo, menos insultante para el espectador? Evidentemente. Además, la cosa no acaba ahí y es que el personaje se permite el lujo de pasar por alto todo lo que le ha ocurrido desde que llegó a la ciudad... ¡¡y que no se nos ha mostrado!! Es decir, explica lo que hemos visto y omite lo que no hemos visto. Perfecto, perfecto...
Volviendo a los puntos de '28 Semanas Después', destacar, en primer lugar, el arranque de la película, que es simplemente una maravilla. Una maravilla de una tensión salvaje. Al acabar la secuencia me encontré con el corazón a cien y con los puños apretados (pensé que era demasiado joven para tener un infarto y dejé de preocuparme). Quizá dura un pelín más de lo necesario, sobre todo porque la música se vuelve demasiado ruidosa, pero es buscar la perfección y eso no existe; no resta del mérito que tiene el inicio que ha realizado Fresnadillo. La imagen del personaje de Catherine McCormack desde la ventana, siendo abandonada, o la del personaje de Carlyle son magníficas, y adelantan, en parte, lo que será el resto del film. Sin la brillantez del prólogo o de la mejor secuencia de la película (que no voy a contar para no reventar nada a quien no la haya visto), el conjunto acumula tensión con gran facilidad y la va soltando poco a poco, sin dejar de lado a los personajes y el desarrollo típico de este tipo de historias, con los militares molestando, (des)controlando y matando, más que ayudando, que era lo que supuestamente tenían que hacer. Como en 'El Día de los Muertos', acaban por resultar mucho más peligrosos que los propios carnívoros. Precisamente, así se produce lo que considero como otro de los tres mejores momentos del film; una matanza digna de salvajes.
En cuanto al reparto, destaca sobre todos el (casi) siempre estupendo Robert Carlyle, superviviente de un ataque "zombie", que se reencuentra con sus hijos, con los que espera poder vivir en la nueva época de "paz". Un detalle fundamental de su "huida" provocará que el virus vuelva a propagarse sin control. Creo que su personaje está genial justo hasta ese momento, en el que el guión lo convierte en una especie de super-monstruo imposible, para provocar situaciones que metan el miedo en el cuerpo. Algo que, por otra parte, consigue, sobre todo cuando se encuentra cara a cara con su hijo. En cuanto a éste y su hermana, interpretados por Mackintosh Muggleton e Imogen Poots (que debe contar ya con su club de fans) respectivamente, están bastante correctos y no resultan los típicos niños pelmazos de costumbre, protagonizando incluso algún que otro momento muy emocionante.
A ellos hay que sumar a la cada vez más reconocible Rose Byrne, vista en (la fallida) 'Sunshine', de Boyle; a Catherine McCormack, esposa del personaje de Carlyle y madre de los chicos; y a los militares bondadosos, el héroe Jeremy Renner y el piloto Harold Perrineau (de la serie 'Perdidos'). Todos cumplen perfectamente con su labor en la película, aunque también hay que decir que en este género no se requiere precisamente de grandes actores. Igualmente, pienso que el no ser actores muy conocidos (salvo Carlyle y Perrineau), favorece al film. ¿Sabes poner cara de preocupación? ¿Sabes hacer chistes malos sobre las esposas y madres de tus compañeros? ¿Poner cara de susto? ¿Disparar y correr? Ahora sólo falta que estés libre los siguientes días...
En definitiva, '28 Semanas Después' es una estupenda muestra de lo que puede y debe ser el cine de entretenimiento: trepidante pero sin perder nada de emoción, para las masas pero sin dejar de lado la calidad. Debemos aplaudir a Fresnadillo, su trabajo es impecable. Para mí, su película es superior a la de Boyle, aunque también es cierto que la estética la marcó el director de 'Trainspotting'. Como decía Red Stovall en su crítica, es muy probable que pronto veamos '28 Meses Después'. Y yo que me alegro. Bueno, antes echaré un ojo al nombre del director. ¿Estará Boyle con ganas de volver con sus rabiosos zombies o se los dejarán a otro cineasta europeo con proyección? Ya veremos.
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