Que nadie me malinterprete, me gusta '300', la considero una buena película. Pero de ahí a decir que es el no va más en el Séptimo Arte y flipar en colores como lo hace mi compañero, el joven Chico Viejo, pues hay un trecho. Como fanático que me considero de Frank Miller, uno de los genios del noveno arte, he de decir que '300' nunca me pareció de sus mejores obras, y al igual que mi compi, la considero un tanto monótona. No obstante, cuando me enteré de que Zack Snyder iba a adaptar dicha obra se me cayó la baba durante mucho tiempo imaginando lo que el excelente realizador de la no menos excelente 'Amanecer de los Muertos', sería capaz de hacer con semejante material.
Como ya todo Dios sabe, '300' narra la famosa batalla de las Termópilas, entre los locos espartanos y los persas, en la que 300 sobraos espartanos se enfrentaron a más de 250.000 guerreros persas. Dicho acontecimiento está contado desde un punto de vista fantasioso, totalmente ficticio, sin la más mínima rigurosidad histórica. Y esto no lo digo peyorativamente, al contrario, me encanta que se coja un trozo de Historia y se le vista con cierto aire de fantasía heroica, porque señores, esto es una película, no una clase de historia.
La mayor virtud del film dirigido por Snyder, es indudablemente y por encima de todo, su enorme poder visual. Cada plano, cada secuencia o escena, son una completa maravilla pictórica, imágenes en movimiento de una inigualable belleza visual. Cada dólar gastado en la producción se nota en pantalla. Los efectos visuales son sencillamente geniales, y dejan con la boca abierta. A esto, tenemos que añadir, por supuesto, el extraordinario ritmo que el director le imprime a la película, que oh, sorpresa, no llega a las dos horas. Bueno, reconozcamos que el cómic en el que se basa no daba para tanto, ya que éste se lee en una patada.
Los momentos espectaculares están por encima de los íntimos, aunque éstos también tienen cierto tufillo grandilocuente, ya que el aspecto visual del film es enorme, visto desde todos los puntos de vista. Evidentemente, las escenas de acción, de batalla, están impecablemente rodadas, con un uso de la cámara lenta/rápida bastante bien utilizado, sobre todo a la hora de subrayar los momentos más bestias del film, que por cierto, aquí no se escatima ni lo más mínimo en sangre. Al respecto puede ser comparada con la estupenda 'Sin City', la cual se permitía ser más sangrienta de lo habitual al tener esa estética de cómic, en la que parece que las escenas están suavizadas, cuando no es realmente así. A '300' también le pasa eso, y como ejemplo cabe citar tres enfrentamientos entre espartanos y persas, realmente brutales sin ningún tipo de concesión.
Los actores cumplen casi todos con su cometido, alzándose como vencedor absoluto Gerard Butler, quien convierte a su Leónidas en un personaje carismático y poseedor de esa fuerza tan típica que tiene los héroes en las películas. Siempre he considerado a Butler un buen actor, y sólo espero que esta película lo lance de una vez al estrellato que merece. Lena Headey es su reina, y aunque esta morbosa actriz nos regale alguna que otra escena, mostrándonos lo que hasta ahora imaginábamos, tengo que decir que no está tan bien como cabría esperar, tal vez porque su personaje está mal definido, e incluso entorpece la narración. Como tercero en discordia, un Dominic West, últimamente visto en otros lares, cargando con un villano prácticamente ridículo, sobre el que pesan algunas de las incongruencias más llamativas del guión. Y como malo maloso, la drag queen sobre su carroza, interpretada por Rodrigo Santoro, con un presencia física imponente, pero al que podrían haberle dado un poco más de juego. También tenemos a David Wenham, ya visto en la trilogía de Peter Jackson, y que tiene a su cargo un papel realmente importante, aunque un tanto tópico.
El argumento ya es otra cosa. La película es de una simpleza que asusta, y a pesar de su cuidadísimo tratamiento visual, carece de toda fuerza, carece de alma, y un servidor no se emocionó en ningún momento, a pesar de las secuencias construidas para ese fin. '300' es una especie de refrito, argumentalmente hablando, de las infinitamente superiores 'Braveheart' y 'Gladiator', donde Mel Gibson y Ridley Scott conseguían algo que el film de Snyder no consigue: emocionar. Pero es que además, hay cosas tremendamente incoherentes en alguno de los personajes, como todo lo que envuelve al interpretado por Lena Headey, quien protagoniza una de las secuencias más inútiles de la película, la del senado, en la que además hay un enfrentamiento con cierto traidor, que para colmo lleva escrito en la frente que es un traidor, gracias al detalle de ciertas monedas que se caen, momento vergonzoso donde los haya. El espectador es tratado como un tonto desde el momento en que cierta voz en off nos relata cosas que ya estamos viendo, incluso nos relata lo que piensan los personajes, y sí, ya sé que es para darle aspecto de cómic, pero esto no es un cómic, es una película. Todas esas secuencias narradas tendrían muchísima más fuerza si no estuviera el tipo pesado ése, que nos trata como si no nos diéramos cuenta de lo que sucede en pantalla. Al respecto, citar la despedida entre Leónidas y su mujer, antes de partir hacia la Guerra, o cierto enfrentamiento final en el que un personaje se despoja de casco, escudo y lanza, con un fin determinado. Esas dos escenas serían sencillamente impresionantes si transcurrieran en silencio, serían mucho más efectivas.
Y por cierto tanta frase lapidaria, tanta fracesita inmortal que permanecerá en la historia por los siglos de los siglos, y cuando Leónidas tiene su primer encuentro con Jerjes, le cambian los modales y se pone a hacer chistes como si se tratase de Bruce Willis en 'Jungla de Cristal'. Paso de comentar todas las insinuaciones gays de la película, que no sé porqué la gente ve esto como algo malo. Y paso también de hablar sobre las connotaciones políticas de la misma, que las hay y muchas, sobre todo en lo referente al militarismo, salvo quizá decir que el grito de guerra de los espartanos (UUAA!!) es el mismo que usan los marines de los Estados Unidos, algo que me hizo mucha, pero mucha gracia. De todos modos, si hubiera que hacer comparaciones, son los persas y no los 300 protas, los que realmente simbolizarían a los USA, ese ejército imparable con ansias de meter las narices en todos los rincones del mundo. Pero insisto, a mí esto me importa un comino. Un servidor se pasó dos horas la mar de entretenidas en el cine, y eso es lo que cuenta.
Una buena película, que me deja algo apático por no haberme hecho vibrar con una historia que tenía todos los puntos para hacerlo. '300' tendría que haber sido una obra maestra, un punto y aparte en la historia del cine. Pero de donde no hay, no se puede sacar. Afortunadamente Snyder está inmerso en la adaptación de 'Watchmen', una película que puede tener mucha, mucha chicha, la que precisamente no tiene este film.
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