Hace ya más de un año, cuando mi compañero Carlanga comentó que se estaba planeando realizar un documental sobre un hombre que murió después de tener sexo con un caballo, me quedé bastante sorprendida (por no decir patidifusa), pero realmente me pareció muy difícil que un proyecto así pudiera llevarse a cabo.
Contradiciendo mis pronósticos, la película, que finalmente se ha titulado Zoo no sólo se ha llevado a cabo, si no que se ha presentado en el Festival de Sundance, donde al parecer ha causado un poquito de desconcierto.
Según cuentan en Cineblog.it, un periodista de Los Ángeles Time ha definido el film así:
Triste y extrañamente poético. No es para nada explícito en la evocación de una relación reconstruida a través del audio y una serie de entrevistas. El film es notable, elegante, lírico y extrañamente bello
Ahí queda eso. Para que luego nos quejemos de remakes, precuelas y secuelas. Por lo menos esta sí que es una historia original.
Robinson Devor director de Zoo ha explicado sus motivos para hacer la película, con estas palabras:
Yo considero que ninguno de los humanos es ajeno a mí, y el sexo hombres-animales sucede de verdad. Entonces, también es parte de lo que somos
Hombre, visto así.