Si El Truco Final (El Prestigio), no hubiera tardado tanto en estrenarse, no tengo ninguna duda de que la habría elegido como la mejor película del 2006, según mi propio baremo.
Todavía es demasiado pronto para saber si encabezará la lista del 2007, pero tengo claro que difícilmente disfrutaré tanto, como lo hice ayer viendo este envolvente espectáculo de magia, cine e interpretación.
Revelar cualquier mínimo detalle sobre esta historia de rivalidad entre dos magos, protagonizada por Christian Bale y Hugh Jackman sería realmente una pena.
Ganas de contar y comentar no me faltan, y es que si algo propicia The Prestige (me niego a seguir utilizando el otro ridículo título) es a la charla posterior, y a la búsqueda de detalles, intenciones y conclusiones varias.
Pero para eso están los amigos y las cervecerías. Lo ideal es que cada uno vaya a ver esta película con la cabeza bien limpita, para empaparse de lo que allí sucede de principio a fin, sin esperar que sea de una forma u otra.
Christopher Nolan (este tío es un genio) ya me dejó boquiabierta durante varios días con Memento, pero esta vez se ha salido del todo para crear una obra a la que sólo puedo hacerle justicia calificándola de orgásmica.
La ambientación, el guión, el suspense creado... A todo esto hay que añadir las estupendas actuaciones de Hugh Jackman y Christian Bale, en dos personajes repletos de giros y matices, acompañados de un siempre magnífico Michael Caine.
Las chicas (Piper Perabo, Rebecca Hall y Scarlett Johansson), aunque en papeles mucho más secundarios, tienen también su parte de relevancia y saben llevarla a la perfección.
Equilibran la balanza aportando su belleza, dulzura, misterio... En fin, mejor no sigo, al fin y al cabo lo único que quiero con este post, es que os llegue el mensaje no subliminal que transcribo a continuación :
¡Por favor, no os perdáis The Prestige por más tiempo!
En el cine también se goza amigos, aunque algunos se empeñen en demostrarnos lo contrario.
