Kevin Smith vuelve a sus orígenes para levantar cabeza. Creo que fue en el verano de 1996 cuando vi 'Clerks' (1994), una comedia con escasos medios, en blanco negro, pero, sobre todo, con diálogos brutales. Otra de las 'grandezas' de la película era que los protagonistas eran tipos corrientes con escasa suerte, malhablados, frikis, sarcásticos y con una mala leche increíble. Smith se ganó a un fan en ese momento. Este fan le siguió fielmente en 'Mallrats' (me costó bastante encontrarla, era otra época), 'Persiguiendo a Amy' (para mí, su mejor película), 'Dogma' (comienza el bajón) y la flojísima 'Jay y Bob el Silencioso Contraatacan'. Ahí se acabó el chollo que significaba este cineasta, cuya gran virtud era (es) escribir diálogos chocantes, retorcidos, maleducados y desternillantes. Smith se vino abajo y lo demostró con su siguiente obra, la rosa y tonta 'Jersey Girl'. Con 'Clerks 2' recuperamos una parte del mejor Smith pero también es toda una evidencia de algo que costaba reconocer: los mejores años de Kevin Smith ya pasaron.
'Clerks II' comienza cuando Dante Hicks acude, como cada día durante los últimos diez años, a abrir el Quick Stop, para encontrarse el local totalmente destrozado, envuelto en llamas. Tanto él como su amigo Randal Graves entran a trabajar en un burger llamado Mooby's (cuyo gran lema es 'I´m eating it'). Pasado un tiempo, vemos que Dante está prometido y cuenta las horas que le quedan para marcharse de su querida/odiada New Jersey e irse a Florida con su futura esposa. Es su último día de su vida actual y está deseando que acabe para empezar una nueva. Sin embargo, ahí está siempre Randal para complicar las cosas y, por otra parte, Becky, la atractiva jefa del 'restaurante', con la que Dante mantiene una estrecha relación de amistad, no cree que Dante deba casarse. El día será más largo de lo esperado.
Supongo que yo no era el único interesado (muy interesado) en conocer la respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué ha pasado con los personajes de 'Clerks' tras 12 años? Tras abandonar (a la fuerza) el Quick Stop, Dante y Randal, los dos amigos protagonistas de la primera película, se van a trabajar a un burger y allí se repiten buena parte de los diálogos y situaciones que tan buenos resultados dieron allá por 1994. Sin embargo, no sólo el trabajo y color han cambiado. Dante es más triste y, dicho en plata, más gilipollas. Y si no, díganme qué hombre, en su sano juicio, iba a pasar por alto las insinuaciones de una mujer como Rosario Dawson. Y es que ya aquí vemos el primer problema de la historia: resulta bastante increíble que una impresionante chica como la que interpreta Dawson esté loca por un tipo como el que interpreta Brian O'Halloran. ¡Y el tipo está deprimido! Hay que joderse. Salvando este pequeño inconveniente (a fin de cuentas, no es la primera vez que vemos a un idiota feo salir con una belleza despampanante), lo demás no está nada mal. Es decir, Randal (Jeff Anderson) sigue tan divertido y malhablado como siempre, sus escenas son de lo mejor de la película; Jay y Bob están apoyados en la pared y tienen sus escenas-paréntesis que tan bien quedan cuando son breves y no se abusa de ellas (como se hizo en la estúpida película que protagonizaron); cameos de Ben Affleck o Jason Lee; y, para terminar de poblar la película, tenemos a los habituales super-frikis amantes de los 'Transformers', 'El Señor de los Anillos', etc. La fauna de toda película de Kevin Smith, y, especialmente, de 'Clerks', está al completo y cumple con creces. Como ya he dicho, si además añadimos a Rosario Dawson, mejor que mejor.
Sin embargo, hay serios problemas en 'Clerks 2'. Cuando uno se encuentra con una escena a cámara lenta, donde los protagonistas ríen alegremente, mientras suena un tema pop super trillado, y todo se alarga exageradamente, significa que algo en la película va mal. Cuando se repite, con mínimas variaciones, en otros momentos del film, definitivamente, algo va mal. El Smith rosa que quedó en evidencia hasta niveles vergonzosos en 'Jersey Girl', sigue vivo y amenaza con quedarse. El Smith rosa es el que se carga 'Clerks 2'. No puede ser que a estas alturas nos intente colar una comedia romántica tan floja como ésta con la excusa de que veremos a los mismos divertidos protagonistas de 'Clerks'. Es la evidencia más palpable de que hemos perdido al mejor Smith. Quizá el dinero, la fama o un replanteamiento espiritual sean las culpables. Ahí ya prefiero no meterme, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Desde su primera película, algo quedó bastante claro: Kevin Smith escribe bien pero dirige mal. Su estilo de dirección podría calificarse de 'televisivo', lo que se resume en, básicamente, poner la cámara en el sitio que menos moleste y dejar que los actores se harten de hablar. Esto hace que sus películas nunca tengan un ritmo fluído, sino que se vayan desplegando con torpeza y avancen a paso de tortuga. Algo que no es muy grave porque la duración de las mismas no suele exceder los 90 minutos. Por otra parte, Smith adolece de una escasísima imaginación a la hora de planificar las escenas, intensificando esa sensación de estar viendo un episodio en la tele, y abusa de los convencionalismos para narrar una historia que, ya de por sí, es muy convencional.
'Clerks 2' va, simplemente, de un tipo corriente que está cansado de su situación, de no hacer nada, de no tener futuro, y, por tanto, quiere dar un giro importante y cambiar de vida. Cuando cree que ha encontrado la solución, en forma de matrimonio y de una residencia lejos de su ciudad natal, se abre un camino alternativo, en forma de chica encantadora que implica seguir como hasta el momento. Como argumento, como suele ocurrir, da mucho juego, y es el cómo se narra y cómo se aprovechan las opciones lo que hace a un buen cineasta, cosa que, como ya sabemos, Smith no es. Smith se limita a aprovechar su mejor virtud, los diálogos, para alargar las escenas como chicles (la escena de la cárcel, por ejemplo) y a dar saltos bruscos en la trama para hacerla avanzar. El montaje y la torpeza narrativa de Smith hacen que a veces te preguntes si siguen en el mismo día, algo que sabes afirmativamente por lógica (es el último día de Dante en el burger) pero que no deja de resultar un esfuerzo creérselo. De hecho, la jornada laboral que tienen los protagonistas es de auténtico delirio, pasando de tener mucho trabajo en una escena a no hacer nada en la siguiente, luego están bailando en el tejado, acto seguido vuelven a trabajar, pero al poco tiempo se van a dar una vuelta, y al regreso tienen muchos clientes, etc, etc. Evidentemente, se trata de una comedia y hay que permitir licencias para que la historia tenga sus momentos graciosos, por supuesto. La comedia de Smith juega en su propio terreno y eso es lo mejor de todo. Los que ya conocemos su 'universo' nos sentimos muy cómodos y reconfortados, y los que no lo conocen pronto lo estarán. Ahí están momentos para aplaudir como ese breve número musical que ocurre porque sí, los diálogos frikis con ramificaciones hacia todo tipo de cuestiones humanas, y, por supuesto, el mencionado baile en el tejado, con una Rosario Dawson haciendo botar sus encantos de forma bastante notoria. Y es que la chica está absolutamente irresistible.
Si algo está unido a las película de Smith son las carcajadas. Los diálogos tronchantes, las respuestas desternillantes, las situaciones ridículas, todo a base de una imaginación desbordante en todo lo que sea burlarse de las creencias de la gente, ya sea el cristianismo o la saga de los hobbits, aparte de los comentarios racistas y las conversaciones sexuales, la otra gran marca de la casa. Para el recuerdo quedarán diálogos como el 'culo a boca', el 'Porch Monkey' (que en España han tenido la tonta idea de traducirlo como 'esclavo de mierda'), pero, sobre todo, lo mejor de la película, la parodia de Randal sobre la trilogía de 'El Señor de los Anillos'. Un monólogo genial que, sin duda, será lo más recordado de 'Clerks 2'. Sin embargo, ya que he hablado de los temas habituales del cine de Kevin Smith es de obligada mención el elemento vital o existencial, el '¿qué hago con mi vida?', '¿hago lo correcto?', '¿debería seguir con mi pareja o salir con la otra?', etc, donde el circo, en esta ocasión, se viene abajo. Y no me malinterpretéis, a mí me gustan esos temas, me encantan, pero en una película deben estar bien tratados, porque ya hay ejemplos (incluso en las propias películas de Smith) suficientes como para se permitan, a estas alturas, topicazos que hemos visto mil veces. Menos aún cuando la película está firmada por un tipo que hizo 'Persiguiendo a Amy'.
En fin, estamos ante una floja comedia, con momentos románticos y tópicos lamentables, pero también con algunos grandes momentos a base de diálogos asesinos, geniales. Dentro de la filmografía de Kevin Smith, esta secuela de 'Clerks' se situaría detrás de 'Mallrats' y antes de la que protagonizaron Jay y Bob. Porque, claro, esto es lo de siempre. Dentro del cine de este genial escritor de diálogos cómicos, esta película es de sus peores, pero si la ponemos a comparar con el resto de lo que se estrena hoy día, la cosa cambia; en ese caso, tranquilamente, podemos hablar de una de las mejores comedias del año, sin duda. Así pues, una oferta muy recomendable. Eso sí, si no has visto antes 'Clerks' o alguna otra de Smith (y no vale la empalagosa 'Jersey Girl'), yo que tú me ponía a investigar un poco. Este tipo de películas no son aptas para todos los públicos, precisamente. Y que siga así.
En Blogdecine | Crítica de 'Clerks 2' escrita por Beatriz