Tras leer la extensa y convincente crítica de mi compañera Beatriz sobre 'Alatriste' poco tendría que añadir yo. Sin embargo no puedo quedarme callado, no debo. Es la película española del año, como en el 2005 lo fue 'Torrente 3'. Hablo de la taquilla, naturalmente. Y si hablamos de su calidad como película pues poco mejor es que el cachondeo de Santiago Segura, y no, no es coña. Ya me gustaría. La supuesta crisis del cine español la van a salvar dos truños que no hay por donde cogerlos. Porque lectores míos, 'Alatriste' es la demostración palpable de que en este país ya podemos ir dedicándonos a hacer otra cosa, no sé, calceta por ejemplo. Esta película no es sólo un claro exponente de la nula calidad de nuestro cine. Es una invitación a que cualquier espectador con dos dedos de frente no vuelva a pisar más un sala de cine para ver un producto patrio. También es una invitación para que todos aquellos que se dedican laboralmente a esto del cine en nuestro país vayan pensando en cambiar de pofesión y no perder más el tiempo haciendo el tonto.
¿Qué estoy siendo demasiado duro? ¡Qué va! Lo que pasa es que si la película fuera americana, pues la pondría a parir sin más y punto, y lo que es mejor, me importaría un bledo. Pero como es nuestra (y lo de nuestra va con segundas) no puedo quedarme callado sin más y limitarme a realizar una crítica del film sin entrar en ciertas consideraciones que creo importantes. Tanto tiempo quejándonos de que en nuestro país no nos atrevíamos a hacer una superproducción a la americana con muchos medios y tal y cual, con toda la Historia que nosotros tenemos y bla bla bla... y cuándo resulta que existe la posibilidad de hacerlo (una buena posibiliad diría yo) y aparte nos ponen en bandeja a un actor de la talla de Viggo Mortensen y unos 22 millones de euros, más una base literaria mínimamente aceptable, yo pregunto ¿cómo es posible que se haya hecho SEMEJANTE MIERDA?
Sobre su argumento no voy a hablar. Os cogeis los libros que Arturo Pérez-Reverte le ha dedicado al personaje y comprobareis que se ha cogido algo de todos para contar la historia que se nos cuenta en la película. Una historia enormemente confusa que nunca avanza y lo que es peor: no resulta interesante en ningún momento. ¿Qué hace Alatriste? ¿qué hacen el resto de personajes? ¿qué les une? Éstas y otras muchas preguntas pueden tener contestación pero sólo a medias, ya que nunca queda perfectamente definido o explicado qué es lo que hace cada personaje y su función en el film. Muchos salen por salir, o más bien porque los interpretan actores conocidos y así el público pueda decir: "mira, es Pilar López de Ayala" (hija mía, ¿quién te recomendó que te metieras aquí?).
Esa poca definición no afecta únicamente a los personajes sino a la historia. La trama central queda bastante diluída, ya sea por la apabullante dirección artística, por el exceso de personajes o por tramas secundarias que entorpecen radicalmente la narración, como por ejemplo los asuntos amorosos entre algunos de los personajes. Aparte de perder el tiempo, no están bien mostrados. También habría que decir que la película se pierde en datos históricos referente a cuadros famosos, los cuales nos importan un comino, porque ni siquiera está conseguido el hecho de querer transmitir la sensación de que nos encontramos ante algo grande justo en el momento de ser realizado. Ese exceso de información termina cansándonos, es cómo si los responsables pensaran que no nos íbamos a dar cuenta de la época exacta en la que se desarrolla la película. Pero vamoa ver, si ya al principio nos dicen el año, y nos repiten cada dos por tres: "un año después", "diez años después" y así sucesivamente.
A Agustín Díaz Yanes no es que le quede grande la película, es que le queda enorme. No consigue inferirle el ritmo correcto, es más, a veces da la sensación de que no hay ni ritmo; aguantar el film entero es verdaderamente soporífero y termina desquiciando. Por no haber no hay ni bajones de ritmo, que ya es decir. Y cuando llega la hora de resultar espectacular, el director demuestra que no sabe rodar ni una sola escena de batalla o de lucha de espadas. Todo es confusión y está muy atropelladamente mostrado. El film tampoco puede presumir de tener muchas escenas espectaculares, lo cual no deja de ser un error, porque cuando se centra en sus personajes es el caos total. Si al menos hubiera tenido algo más de acción, y no se hubiera parado tanto en inutilidades, estaríamos hablando de otra película sin duda alguna. Pero no es así.
En el trabajo de actores hay para todos los gustos. Evidentemente quien se lleva la palma es Viggo Mortensen, a quien sólo hay que reprocharle una forma de hablar realmente extraña y que daña un poco su interpretación. No obstante, hace suyo el personaje y se pasea por toda la película llenando la pantalla, quizá demasiado, porque de lo que no cabe duda es de que el film es un entero vehículo para su lucimiento, que todo el mundo sepa que este actor ha venido a trabajar con nosotros y enfoquémoslo mucho, no vaya a ser que sea la única vez que se acerque por aquí. El resto del reparto las pasa verdaderamente canutas para estar a la altura. Del lado bueno tenemos a Javier Cámara, actor que gana mucho con los años; Blanca Portillo, que si no se lleva el Goya por ésta, lo hará por 'Volver'; Juan Echanove como un excelente Quevedo; Ariadna Gil, no porque esté bien, sino porque yo a esta actriz le perdono todo y es siempre una gozada verla en pantalla. Y cómo no, Eduard Fernández, magnífico actor todoterreno que borda lo que le echen.
Del lado de los malos tenemos a Eduardo Noriega, que en cualquier momento parece que nos va a decir que bebamos Schweppes; Elena Anaya, que no es creíble nunca; y sobre todo Unax Ugalde, quién a estas alturas yo ya califico como uno de los peores actores de la Historia Universal. Su personaje, vital en la historia, no tiene ni la más mínima entidad en manos de Ugalde, no existe. El actor que sólo sabe poner una cara, la suya, está verdaderamente patético y termina de redondear el desastre general.
A los buenos actores hay que sumar lo gastado en diseño de producción, que ahí sí la película es perfecta. Cada céntimo de su presupuesto se ve reflejado en la pantalla, algo es algo. Pero evidentemente no llega, ya que el resto no son más que un montón de personajes saliendo a diestro y siniestro y recitando frases que por momentos resultan ridículas.
Una película muy mala que una vez más pone de relieve y al descubierto las enormes deficiencias artísticas de nuestro cine, al que tendríamos que estar defendiendo a capa y espada (nunca mejor dicho), pero con films como éste resulta imposible. A ver lo que tardan en reírse de nosotros en cuánto la película se exporte. En estos momentos la sensación es de mosqueo absoluto, mañana será tristeza, porque repito una vez más que la ocasión para hacer algo grande era única y la han desaprovechado. Y por cierto, no parece que se vaya a realizar una serie sobre el personaje, que sería lo lógico. Claro, se han quedado sin dinero produciendo ésta, no hay para una continuación.
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