No es que sea una novedad, ni que nos hayamos dado cuenta ahora, pero venimos observando con mucha frecuencia últimamente que las películas extranjeras tardan en estrenarse en España varios años. Lo comentaba Red sobre las películas asiáticas, lo decía Teresa con respecto a una francesa y se evidenciaba en mi anuncio de los estrenos de la semana. Lo cierto es que esto no se produce con un tipo de películas concreto ni con una nacionalidad. Le ocurre a films estadounidenses, como los de Todd Solondz, y a los que provienen de Europa, de Asia o de Latinoamérica. Del resto de las cinematografías (India, África…) las cosas o no llegan, o tienen que haber sido premiadas en todos los festivales y haberse hablado muchísimo de ellas para que se estrenen.
Que es un hecho parece que ya ha quedado claro, pero lo que no entiendo es por qué ocurre así. Puedo concebir que haya películas muy minoritarias que no se hayan estrenado en ningún país, ni siquiera en el de origen, porque nadie tuviera la intención de sacarlas, y que al cabo de una lucha y de obtener reconocimiento con esfuerzo, pasen por festivales y finalmente vean la luz. Eso lo comprendo. Pero películas que tienen un inmenso éxito en sus países, como las asiáticas ('Fearless' en la foto) o francesas que hemos mencionado, que ya se han visto fuera de nuestras fronteras y de las que se ha oído hablar muchísimo, en definitiva, películas que son comerciales... no tiene sentido que no se estrenen aquí al mismo tiempo que allí. Puedo entender los meses de envío de copias, de doblaje, de distribución… no me refiero a eso. Cuando digo que no es al mismo tiempo, quiero decir que transcurren años.
No tiene sentido esta tardanza. No comprendo si se debe a la desidia, a las malas decisiones empresariales o a qué. Si el motivo es que no saben si la van a estrenar o no, madre mía, eso es tomarse con calma las decisiones. Se puede estar dudando unos meses, pero dudar durante dos o tres años… Además, ¿para qué? Durante esos años no vas a tener ninguna prueba que te demuestre que la película va a tener éxito o no tenerlo. Si te arriesgas, arriésgate en el momento. Si no, mejor no hacer nada.
De cualquiera de las formas, la tardanza es absurda. Si una película podría no tener mucho éxito en 2004, ¿por qué va a tener más en 2006? En el mejor de los casos tendrá igual y muy probablemente tendrá menos por diferentes motivos: para empezar, si las películas salieran de forma simultánea al estreno en su país de origen, la campaña promocional la llevarían casi hecha, pues ya arrastraría la que llega desde allí. En otra época quizá no, pero en la era de Internet, es muy fácil enterarse de lo que ocurre en cualquier lugar del globo. Esa inercia de estreno recién salido, de novedad, esa ansia aunque sea de unos pocos, la pierden cuando tardan años en traernos los films.
Y, claro, entra aquí el consabido tema de la piratería. Se quejan de ella, pero nos empujan a cometerla. Si existe una persona que sea muy aficionada a un director, un actor, un género o que quiera ver con muchas ganas una película en concreto, con toda seguridad se va a enterar de que se ha estrenado en otro sitio. Y, con seguridad casi completa, o bien se la va a comprar por correo, o la va a alquilar en uno de estos videoclubs tan completos que han salido ahora (lo cual también es ilegal, pues lo que alquilan ahí son copias destinadas exclusivamente a la venta) o bien se la va a bajar de Internet. El verdadero fan no va a esperarse, sobre todo si además tiene la incertidumbre de si realmente la llegarán a estrenar alguna vez.
Cuando estrenen la película, dos o tres años después, las distribuidoras y exhibidoras, con esto, ya han perdido, de entre los espectadores potenciales, a la parte más entusiasta con la obra en sí. Pues el verdadero fan, si puede, prefiere verla en pantalla grande, con dolby surround y esas cosas. Con ese porcentaje de espectadores ya perdido, ahora sólo podrán aspirar a que la vean esas personas a las que apenas les interesa. Con films minoritarios, esto es un suicidio. Esas personas poco interesadas en el título en concreto, en su día también podrían arrastrarse por la novedad, por el boca a boca y por la promoción que llega de fuera, como ya he dicho, pero hacer la campaña años más tarde, sólo para este país, es mucho más duro.
Se quejarán de crisis del sector, pero lo que ocurre es que están obsoletos. Si quieren competir con la piratería, los videoclubs y las teles de pago, tienen que luchar con la única baza con la que han contado siempre: la inmediatez, la novedad, el adelantarse a todos los demás.