Ambientada en Brooklyn en 1986, ‘Una historia de Brooklyn’ (‘The squid and the whale’, 2005) refleja la vida diaria de la familia Berkman. Bernard y Joan se separan. Sus dos hijos, Walt, de 16 años, y Frank, de 12, se ponen cada uno de parte de uno de sus progenitores. Podría parecer que la edad del mayor le hace comprender un poco mejor a su padre, a la vez que admirarlo y envidiarlo; cuando el pequeño prefiere seguir protegido por su madre. Pero la historia va evolucionando y así las personalidades de los dos chavales, que ven que todo tiene matices.
Quizá ése es el mayor mérito de la película: presentar la situación y a los personajes con sus matices, sin decir que las cosas son blancas o negras, sin presentar buenos o malos. Al igual que a los hijos, al film le cuesta ponerse de parte de uno de los dos miembros del matrimonio, aunque se inclina un poco más a favor de la madre.
Estos matices hacen que los personajes resulten multidimensionales y estén bien creados, por lo tanto, se produce una identificación y nos interesa seguir la trama para ver lo que les ocurre. Los diálogos están bien escritos y se alejan del tópico en el que tan fácilmente podrían caer. También en esos matices se encuentra el tono de la película, otro acierto. Ni es melodrama ni es comedia, consigue el difícil equilibrio sobre la cuerda de la comedia dramática o el drama agridulce.
El mejor ejemplo de defecto de uno de los protagonistas es la reacción del marido, Bernard, ante los logros de su esposa como escritora. Él ha sido su mentor y ahora no soporta que sea ella la que triunfa, precisamente en la época en la que su éxito se encuentra de capa caída. A pesar de que esta forma de comportarse podría ponernos en su contra, el rechazo hacia el personaje no es total, sino que más bien se produce una comprensión. Corro el riesgo de que me tachen de feminista si digo que es una actitud muy de esperar en un hombre, por aquello del ego masculino, pero eso es lo que presenta la película. Esta rivalidad parece ser la gota que colma el vaso, pero el matrimonio se resentía desde hacía tiempo, ya que la fidelidad no era el fuerte de ninguno de los dos.
El punto de vista repartido es otro gran mérito del film. Consigue plantearnos la visión de los dos adultos y logra que comprendamos las actitudes de ambos, a pesar de habernos mostrado los defectos mencionados. Incluso consigue que entendamos la actitud de los hijos, tanto de uno como de otro, aunque sea diferente. El riesgo de ponerse en la piel de estos jóvenes sería caer en el victimismo o en el panfleto anti-divorcio, pero se aleja de ello con maestría, mostrándonos que la separación es algo que tenía que ocurrir, que una forzada continuación del matrimonio tampoco le haría bien a nadie.
El director es Noah Baumbach, que había dirigido 'Kicking and Screaming' (1995), 'Highball' (1997) y 'Mr. Jealousy' (1997). El productor e impulsor de la idea es Wes Anderson, director de películas “frikis” como ‘The Life Aquatic with Steve Zissou’, ‘The Royal Tenenbaums’ o ‘Academia Rushmore’. Los protagonistas son Jeff Daniels y Laura Linney. Entre los secundarios se encuentran William Baldwin y Anna Paquin. Los hijos están interpretados por los niños Jesse Eisenberg y Owen Kline.
Como os comenté hace dos semanas sobre ‘Héroes imaginarios’, ambas películas se parecen mucho, pues parten de una temática similar, tienen el mismo género y tono y hasta comparten actor protagonista: Jeff Daniels. ‘Una historia de Brooklyn’ es muy superior, especialmente porque no intenta ser lo que no es, como ‘Héroes imaginarios’, que trata, sin conseguirlo, de parecerse a ‘American Beauty’, en lugar de buscar su estilo y lenguaje propios.
En conclusión: 'Una historia de Broklyn' tiene bastantes méritos y es buena en general, pero quizá no tanto como se ha dicho o como parecerían indicar los premios que ha recibido: estuvo nominada al Oscar al Mejor Guión Original, al Globo de Oro la Mejor Película, al Globo de Oro a la Mejor Actriz (Laura Linney) al Globo de Oro al Mejor Actor (Jeff Daniels). En el Festival Internacional de Cine de Las Palmas, Laura Linney fue elegida mejor atriz. Otros galarodnes que ha acumulado son: Mejor Película 2005: New York Online Film Critics. Mejor Guión 2005: Los Angeles Film Critics Association. Mejor Guión 2005: National Board of Review. Mejor Guión 2005: National Society of Film Critics. Mejor Guión 2005: Toronto Film Critics Association. Mejor Guión 2005: New York Film Critics Association. 6 nominaciones al Independent Spirit Award: Incluida la de Mejor Película. Mejor Director: Festival de Cine de Sundance 2005. Premio Waldo Salt al Mejor Guión: Festival de Cine de Sundance 2005. Selección Oficial: Festival de Cine de Nueva York 2005. Selección Oficial: Festival Internacional de Cine de Toronto 2005.
No digo nada sobre la tonta traducción del título (el original significa 'El calamar y la ballena') porque ya he hablado de eso en tantas ocasiones que a mí misma me aburre. Hablaré de otras curiosidades o misceláneas como que no entiendo por qué tiene que estar ambientada en los ’80, pues todo podría ocurrir de la misma forma hoy en día. Me hace gracia que el niño pequeño tenga la edad que tenía yo en ese año, pero aparte de eso, no me aporta nada que se trate de otra década. También me pareció curioso que el hijo mayor plagiara una canción famosísima de Pink Floyd, ‘Hey, you’ y que nadie lo detectara, no ya los personajes de dentro de la película, sino tampoco nadie de la sala. O a lo mejor sí que la habían identificado, pero no les hizo gracia el chiste de que los padres le preguntaran al chaval si la había escrito él. Pero hasta lo ponía escrito en la partitura. Por lo tanto, puede que hubiera un significado más allá y fui yo la que no lo pilló. Me quedará por siempre esa duda.