¡Fiouuu! Tal parece que al final todo el cuento de 'Cruise, el comedor de placentas' no fue más que una broma de Tom que las agencias de noticias se apresuraron a tomar en serio.
En una entrevista, el actor dijo:
Voy a comerme la placenta (de Katie Holmes, su esposa). Pienso que puede ser bueno. Muy nutritiva. Me voy a comer el cordón umbilical y la placenta allí mismo.
Cuando el entrevistador apuntó que aquello iba a ser entonces una gran comilona, Cruise corrigió:
Okey, mejor no me la como.
Toda una broma, ¿no?. Pero ¿debemos culpar a las agencias de noticias por tomarlo en serio? Pues yo pienso que no. Tom Cruise no es conocido por su buen sentido del humor. ¿Se acuerdan cómo se puso cuando en el Festival de Cannes del año pasado, le hicieron la vieja broma del micrófono que escupe un chorro de agua?
¿Cómo entonces no tomar sus palabras en serio? Si el hombre dice que se va a comer una placenta cruda (o al ajillo, como alguien jocosamente ha propuesto), con cordón y todo, pues eso, que debe estar hablando en serio ¿no? No sé por qué todo esto me recuerda a Homer Simpson, quien ante el comentario de Cruise, bien habría podido decir, relamiéndose de gusto:
¡Placentas, hmmmm!
Bueno, a la final sí voy a ir a ver Mi3.