'Ice Age' fue una de las películas de animación más taquilleras del año 2002. Una cinta simpática, con un guión muy simple, pero que logra divertir y hacer pasar un buen rato. Porducida por la Fox, en un intento de competir con la todopoderosa Pixar, que ahora es de Disney, cuyas películas siempre se ponen a la cabeza tanto en taquilla como en calidad. Sólo Dreamworks logró hacerle algo de sombra con sus dos partes de 'Shrek'. Ahora, nos llega la segunda parte de 'Ice Age', dirigida en solitario por Carlos Saldanha, codirector de la primera, y también de la infravalorada 'Robots'.
Los protagonistas de la anterior entrega tendrán que vérselas esta vez con que el lugar donde viven, un valle rodeado por glades bloques de hielo, está a punto de inundarse, ya que esos bloques se están fundiendo. Así pues, todos los animales del valle emprenderán un viaje hacia un lejano lugar donde les espera un gran barco que puede salvarlos de tal tragedia. En el viaje se encontrarán con nuevos personajes que les harán más amena la travesía, o más peligrosa.
Como veis, cualquier excusa es buena para realizar una continuación, y repetir así el éxito de la anterior entrega, éxito que se ha superado con creces. Estrenada el pasado fin de semana en muchos lugares del planeta, ha resultado ser el primer bombazo taquillero del año, muy por encima de lo previsto. En estos tiempos de crisis cinematográfica no recordaba tanta gente en una sala de cine un día de semana en la primera función. Eso me alegró, aunque gracias a la familia que se sentó a mi lado, hizo que cambiara rápidamente de opinión, y que odiara eternamente a los niños, a los que prohibiría la entrada a los cines hasta que fueran mayores de edad, y a sus padres los encerraría para el resto de sus vidas. Rectifico: a ciertos niños y a ciertos padres. De esos que no solo le cuentan en voz alta la película al niño, si no que le recuerdan la primera parte, mientras el chaval se mueve en la butaca y le cae repetidas veces al suelo esa cosa que ponen para que los niños vean mejor.
Decir que la película es casi una imitación de la anterior. El guión es todavía más simple, tanto que apenas hay historia. Sólo una sucesión de situaciones medianamente bien hilvanadas, que sirven para ofrecer ciertos gags, casi todos graciosos. Sobre todo los protagonizados por la ardilla Scrat, la verdadera estrella de la función, ajena a todo lo que pasa y preocupada únicamente por su bellota, la cual le llevará a protagonizar momentos verdaderamente desternillantes. Lo curioso del asunto, es que sus intervenciones están metidas a calzador, mucho más forzadas que en la primera parte, y rompen un poco el ritmo de la película. Como también creo que lo rompen el par de números musicales que hay.
Respecto a la incursión de nuevos personajes, como es habitual en toda segunda parte de cualquier película de animación, decir que hay dos zarigüeyas verdaderamente simpáticas, que casi roban la función a todos, y además no resultan cargantes, que es el peligro que corren los personajes graciosos. También hay un mamut hembra, que proporciona el que probablemente sea el mejor momento de la película: un flashabck enormemente emotivo y lleno de belleza. Un momento que brilla con luz propia por encima de todo lo demás.
Uno nunca llega a aburrirse en la película, pero se queda con una sensación de vacío, algo parecido a la primera parte, pero de menos calidad. El problema es que no hay mucho que contar, aunque desde luego en lo que sí han evolucionado es en la animación. Esta continuación está muchos más lograda en el apartado técnico, cosa que puede aprecirase en las texturas, sobre todo en el pelo de los animales. Y también en alguna que otra secuencia espectacular, metida simplemente para que pueda aprecirase dicho avance.
Una película correcta, entretenida, que no es esa joya que algunos andan diciendo por ahí, pero que desde luego nos porporcionará un rato distraído, aunque sin grandes emociones. Sobra decir que debido al éxito que está teniendo, es más que probable que se haga una tercera parte. Vaya, ya lo he dicho.