Tenía razón Elvira Mínguez, al reivindicar en la gala de los Goya. mejores papeles para las actrices de más de 35 años. “Esposas de”, “madres de”, “amigas de”, pocas protagonistas, y sobretodo, pocos personajes interesantes que ver, y no solo en España.
Pero yo no pierdo la oportunidad, de seguir intentando encontrarlos, así que a pesar de no conocer los trabajos anteriores de Anne Fontaine como directora, de la X añadida al Natalie... original, de la portada rojo pasión, y la sinopsis argumental, tipo, mujer madura encarga prostituta para que seduzca a su marido y después se lo cuente, a pesar de todo eso, me decidí a alquilar Nathalie X.
Ya había disfrutado antes de Fanny Ardant y Emmanuelle Beart juntas, en la fantástica 8 mujeres, y la presencia de Gérard Depardieu como centro del triángulo amoroso acabó de convencerme.
Por suerte él se mantiene tan contenido durante toda la película, que es apenas imperceptible, y digo por suerte, porque la ocasión lo requería, ya que Nathalie X, es sobretodo, la historia de dos mujeres, entre dos mujeres.
Por un lado, la bellísima Fanny Ardant, que esta realmente fabulosa, en un personaje que parece echo a su medida. La esposa de clase alta, elegante, tolerante, abierta e inteligente. Hasta aquí nada nuevo. Pero que a la vez consigue con sus apacibles expresiones, transmitir infinidad de matices, descubrimientos internos, una manera de afrontar la más extraña de las situaciones, desde la serenidad y normalidad más absolutas, con sabiduría, haciendo lo invisible, perceptible para el espectador.
Por el otro, Emmanuelle Beart (sobra decir que bellísima también) como una pieza clave en la evolución del personaje, el equilibrio entre la atracción y la ternura, aunque luce mejor, cuando está acompañada por Ardant, que estando sola.
Y es que lo mejor de esta película, es la interpretación de estas dos mujeres, cuando están juntas, lo especial de esa relación, que compensa un guión, que en ocasiones, y sobretodo llegando al final, peca de previsible, o roza demasiado lo inverosímil.
Aun así, vale la pena, y la verdad es que da gusto, poder disfrutar de personajes así, que consiguen escapar de los estereotipos, y hacernos volver la vista hacia dentro, aunque solo sea un poquito.
