Ha sido casualidad (eso que no existe), que después de ver 'Caché', haya elegido para ver 'Breaking News', de la que no conocía bsolutamente nada más que el hecho de que está dirigida por Johnnie To, del que ahora se empiezan a estrenar sus películas en nuestro país, y que tenía un comienzo espectacularmente inolvidable. El caso es que la película de To, al igual que la de Haneke, habla de la manipulación de la información, para manipular de paso a las audiencias. Pero los caminos de To son bien distintos a los de Haneke, afortunadamente. Y por cierto, To no es americano, aunque se llame Johnnie.
Tras un brutal enfrentamiento entre policías y delincuentes, en Hog Kong, el sistema policial queda entredicho ante la opinión pública, debido a unas imágenes que son mal interpretadas. Mientras un equipo de agentes acorrala a los delincuentes en un inmenso edificio, donde se producirá el juego del gato y el ratón, la policía echará mano de gente de la televisión y el cine, para que filmen la operación, y todo el mundo pueda ver la efectividad de las fuerzas del orden, y así poder lavar su imagen.
El gran Cecil B. DeMille decía que una película tenía que empezar con un terremoto, y a partir de ahí, para arriba. Desde luego, el film de To cumple a la perfección dicha frase, por lo menos en lo que se refiere a su primera mitad. La primera escena de la película, un larguísimo plano secuencia absolutamente deslumbrante, engancha al espectador de forma rápida. Un prodigio de escena que incluso se aparte de los cánones clásicos del cine de acción; y además posee las dosis de espectacularidad justas. Después hay que reconocer que la película va perdiendo un poco de interés, y tiene acusadas subidas y bajadas de ritmo. Algo que por otro lado, es compensado con una atractiva galería de personajes, sobre todo los dos principales, antagonistas a ambos lados de la ley. Cheung es un policía, cuyo único objetivo es atrapar a quién persigue, y a quién todo el circo que se monta alrededor del caso, le importa bien poco, porque sólo hay una forma de hace las cosas: la correcta. Enfrente de él, Yeung, un experto ladrón, cuya verdadera naturaleza, sólo conocerán aquellos que están muy cerca de él, o sea, el espectador, que es testigo de todos sus movimientos. Es el personaje que más evoluciona en el film, el mejor tratado y con el que el espectador conecta antes. Los actores que los interpretan están muy conviencentes, sobre todo el segundo, Siu-Fai Cheung, que está enormemente expresivo y comunicativo.
To realiza una denuncia de la manipulación que los medios de comunicación realizan de la información, haciendo creer a la audiencia lo que sea. Y lo hace mediante un thriller a ratos inteligente, y que a ratos fracasa, porque en ciertos momentos no sabe qué camino seguir. Una correcta película, bastante entretenida, eso sí; y que, desde luego motiva en mí el suficiente interés como para seguir viendo trabajos de Johnnie To.