Vuelve Jason Statham con su elegante traje, en el papel de transportista dando mamporros a diestro y siniestro, y amenazando con continuar una serie de películas sobre el personaje (por tal y cómo acaba esta nueva entrega), y haciéndolo con mucho carisma.
Pero que no cunda el pánico y nadie se eche a temblar, no voy a defender una película que, aunque está un pelín por encima de la media de este tipo de films, tiene numerosos defectos. Pero sí voy a tirar una lanza a su favor, porque a diferencia del resto de bodrios que se realizan en esta clase de cine, aquí los excesos mostrados, que son muchísimos, tienen un punto de cachondeo bastante evidente que no molesta, y lo más importante, su carismático protagonista, que conecta con el espectador y cae simpático, algo que no puede decirse de los Van Dammes, Seagals y Schwarzenneggers de turno, y que durante años nos martirizaron (aún siguen haciéndolo) con sus películas.
El argumento es bien mínimo: el transporstista deberá rescatar a un niño al que ha estado cuidando, y a quién han secuestrado los malos de la función. Lamentarán haberlo hecho. No hay más. Durante menos de hora y media el espectador no es que se lo pase en grande, pero sí se divierte con el nivel de exageración al que llegan las cosas, porque hay escenas en las que sobrepasan con creces los límites de credibilidad y violan todas las leyes físicas conocidas y por conocer. Hay algunos aciertos visuales con los que el director, Louis Leterrier, juega inteligentemente. Pero en su conjunto global, el film se desinfla como un globo por culpa de un guión malísimo y porque también está lleno de chorradas que ganan en número a los buenos momentos; añadiendo unos personajes que son un montón de estereotipos demasiado familiares para todos nosotros.
Incluso las espectaculares coreografías de artes marciales (que en esta entrega tienen más protagonismo en detrimento de las persecuciones automoviísticas) de Corey Yuen, saben a ya vistas, aunque hay una escena de una manguera que es a-l-u-c-i-n-a-n-t-e.
Es una floja película, pero no me he sentido insultado como en la anterior que he comentado. Y viva JasonStatham, su carismática chulería es de la que mola.