Resulta casi imposible salir indiferente de una película de Todd Solondz. Poco a poco, este cineasta independiente estadounidense ha construido con su obra una especie de Historia Ilustrada de la Miseria Humana, un catálogo de perversiones, un festival de la mezquindad, donde no se salva ni la infancia. Sus últimas tres películas, Welcome to the Dollhouse, Hapiness y Storytelling son filmes duros, salpicados de un humor corrosivo, no aptos para espíritus sensibles.
Parecía pues difícil que Todd Solondz se superara así mismo. Pero según el New York Times, con Palindromes, su quinto largometraje, lo ha logrado.
Y no sólo por la trama (suerte de mezcla entre los Viajes de Gulliver y El Mago de Oz en plan perverso), sino por la radical decisión de reparto de la película: el personaje principal, Aviva, una niña de 13 años, es interpretado por no menos de siete actrices (y un actor) diferentes: Emani Sledge-Toon, Valerie Shusterov, Hannah Freiman, Rachel Corr, Will Denton, Sharon Wilkins, Shayna Levine, y Jennifer Jason Leigh.
¿La intención del director con esta propuesta? Demostrar que no importa cuánto cambiemos exteriormente, siempre seguiremos siendo los mismos.