Seguimos con las crónicas de las películas más relevantes que hemos visto en el recién clausurado Festival de Cannes, cuya 74ª edición acabó con la agradable sorpresa del palmarés (la pifia de Spike Lee solo hizo la noche más memorable). En esta ocasión quiero centrarme en dos autores asiáticos de estilos muy diferentes.
Me refiero a Hong Sangsoo, con nuevo trabajo después de ser premiado en la Berlinale este mismo año por 'Introduction', y a Mamoru Hosoda, uno de los grandes nombres de la animación actual. Ambas obras se presentaron en la misma jornada, una que nos dejó un buen susto: la sala Debussy y sus alrededores permanecieron bloqueados temporalmente por el ejército francés debido a un aviso de posible bomba. Afortunadamente, todo quedó en una anécdota más de este intenso Cannes 2021.
'Delante de ti' ('In Front Of Your Face')
Lo último del prolífico Sangsoo se presentaba como un atractivo caramelo dentro de la programación, saturada de títulos, y ya en la recta final del festival, cuando un drama de dos horas (o más) es tu peor pesadilla. Con sus 85 minutos, 'In Front Of Your Face' parecía apuntar a uno de los relatos más sencillos y agradables del surcoreano. Efectivamente, así es, pero el conjunto se siente algo crudo, como un proyecto inacabado. Quizá por eso no estaba en competición...
'In Front Of Your Face' ('Dangsin-Eolgul-Apeseo') arranca con el reencuentro de dos hermanas (encarnadas por Lee Hye-young y Yunhee Cho) después de que una de ellas haya regresado a casa tras vivir un tiempo en Estados Unidos. Ambas se ponen al día y descubren que saben muy poco la una de la otra; esencialmente se han convertido en unas desconocidas. Y así llegamos a un lugar común en la obra de Sangsoo: la charla entre copas con un cineasta (Kwon Hae-hyo).
Resulta que una de las mujeres fue una conocida actriz y aún es admirada por sus trabajos en aquella etapa. Ahora, este director se reúne con ella para conocerla y proponerle una colaboración, y ahí es donde se destapa el secreto sobre el que Hong Sangsoo desarrolla la historia. Una revelación que dota de sentido al conjunto y da pie a la parte más interesante del film, con los personajes ya borrachos y entregados a vaivenes emocionales.
Pese a la simpleza del artefacto realizado por Sangsoo, poco afortunado hilando las ideas principales, una vez más encontramos momentos interesantes derivados del ingenio del cineasta y su afán por capturar retazos de verdad en los procesos de búsqueda que emprenden sus personajes. Además, un film tan breve donde presenciamos un diálogo entre artistas de cine, siempre entra bien.
'Belle'
En las antípodas de las formas de Hong Sangsoo, llega Mamoru Hosoda con su nuevo espectáculo visual, 'Belle', el primero de sus trabajos que llega a Cannes. Pese a no entrar en la liga de los elegidos, una Sección Oficial que vuelve a dejar fuera al cine de animación (Ari Folman tampoco tuvo suerte con '¿Dónde está Ana Frank?), el estreno de 'Belle' llegó precedido de una gran expectación y el japonés fue recibido y despedido con una fuerte ovación por parte del público.
Por un lado, muestra de respeto a un autor que ya ha demostrado talento e ideas propias en una obra digna de admiración, evitando caer en la absurda necesidad de ser el nuevo Miayazaki (un hueco imposible de llenar), pero también creo que los aplausos reflejaban el deseo de todos de disfrutar de otra clase de propuestas en el festival. Aún en 2021 cabe recordar que la animación solo es una vía artística más para contar historias y desarrollar la creatividad, no un formato o un "género" para entretener a los más jóvenes y las familias.
'Belle' presenta un mundo virtual llamado "U", un espacio libre y lleno de oportunidades para personas tímidas como Suzu, una adolescente que vive sola con su padre en un pequeño pueblo y que arrastra un fuerte trauma que le impide cumplir su sueño: cantar. Sin embargo, en "U" puede esquivar los problemas del mundo real y bajo una nueva identidad se convierte rápidamente en una estrella. Y donde hay una "Bella" hay una "Bestia", temida y perseguida...
Este punto de partida permite a Hosoda ofrecer imágenes impresionantes dentro del entorno virtual así como trepidantes secuencias de acción, al tiempo que elabora un discurso sobre la identidad, las redes sociales y la fama, y lo alterna con una trama sencilla de adolescentes que, además de los conflictos habituales de la edad, se lanzan a resolver un misterio. Personalmente, a pesar de la belleza innegable del conjunto, creo que Satoshi Kon explotó mejor todo lo que intenta Hosoda aquí, y me parece más lograda la parte del mundo real, donde tiene lugar una de las escenas más desternillantes de todo el festival.
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