Apenas tres meses después de que 'Bohemian Rhapsody' se convirtiese en una de las películas triunfadoras de la gala de los Óscar (mejor actor, montaje y los dos de sonido), llega a la 72ª edición de Cannes un biopic musical cortado por el mismo patrón, ‘Rocketman’, que ahora nos cuenta la historia de Elton John.
Es la clase de producción comercial de Hollywood que no encaja en la sección oficial de este certamen tan extraño, hipócrita y fascinante, pero que se incluye en la programación ("fuera de competición") para traer estrellas y glamour a la Croisette. De hecho, la presencia del músico y el actor que le encarna en pantalla, Taron Egerton, capturó la atención de los medios y de los numerosos curiosos que se agolpan cada día en torno al Gran Teatro Lumiere para echar un vistazo a la alfombra roja.
Otro capítulo de este certamen que sigue dejando toda clase de sorpresas y decepciones es que 'Rocketman', un entretenimiento prefabricado que busca la taquilla, recibió fuertes aplausos, tanto en la premiere (algo habitual, están allí los responsables del film) como en la proyección del día siguiente, ya con la prensa emitiendo su ruidoso veredicto. Sí, el biopic de Elton John ha gustado en Cannes, festival con imagen de difícil y exigente. De nuevo, pura pose.
'Rocketman': cambiando al trágico Freddie Mercury por el fiestero Elton John
Es inevitable comparar 'Bohemian Rhapsody' y 'Rocketman'; son dos películas hermanas, accesibles y superficiales, entretenidas, diseñadas para gustar al mayor público posible, apoyadas en caras conocidas y con estructuras narrativas similares. Por supuesto, no es casual que el director de 'Rocketman' sea Dexter Fletcher, que terminó la primera después del despido de Bryan Singer.
Hay dos grandes diferencias entre ambos largometrajes y la primera se descubre muy pronto; el biopic de Elton John se entrega a la fantasía en varios números musicales que componen escenas irreales muy llamativas. Lo hace pronto, la película arranca con el protagonista respondiendo preguntas sobre sus orígenes e incluso dialogando con su alter ego infantil. Aunque se agradece la apuesta por un enfoque más imaginativo, si se compara con grandes musicales (y no hay que irse muy lejos, 'La La Land' es de 2016), la limitación y torpeza de 'Rocketman' queda en evidencia.
El otro aspecto donde se distancia de 'Bohemian Rhapsody' es el retrato de la homosexualidad del protagonista; mientras que en el film sobre Freddie Mercury ese aspecto de su vida formaba parte del declive personal, en 'Rocketman' se aborda de un modo más natural y desprejuiciado. Es llamativo cómo ambas películas plasman la relación de estos iconos con las mujeres con las que se casaron; en 'Rocketman' no deja de ser una anécdota más, un par de escenas breves, que dan pie a emocionar al público con uno de los grandes éxitos de Elton John.
Y es que la banda sonora, los temas más populares y emblemáticos del británico, es uno de los dos puntos fuertes de la película, a la par que la convincente y carismática interpretación de Taron Egerton (que a diferencia de Rami Malek, sí canta). Dudo que 'Rocketman' llegue a las cifras de 'Bohemian Rhapsody', el biopic musical con mayor recaudación de la historia, pero es un producto correcto y efectivo, de esos que enganchan sin que te des cuenta.
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